Experiencia de cliente – Parte 2

EXPERIENCIA DE CLIENTE (PARTE 2)

En la entrega anterior de este blog hicimos una introducción, aportando algunas definiciones que consideramos podían ayudar a entender el concepto de experiencia de cliente. Adicionalmente dimos un repaso a la evolución histórica que han sufrido los modelos de gestión a lo largo de los años y cómo se ha llegado a la situación actual en la que todo gira alrededor del cliente. En esta segunda entrega, vamos a presentar algunas claves sobre cómo se puede diseñar una experiencia de cliente. ¿Por dónde empezamos?.

 

diseñando una estrategia de experiencia de cliente

El primer error en el que se cae en ciertas ocasiones es el de considerar que una estrategia de experiencia de cliente se puede diseñar centrándose sólo en la atención al cliente.

Sin embargo, el diseño de una estrategia de experiencia de cliente es un proceso global que afecta a toda la empresa, desde el departamento de marketing, al de ventas, atención al cliente, facturación, cobros, sistemas informáticos, etc.

Hay que tener en cuenta que es necesario conseguir que, en todos los puntos de contacto que el cliente tenga con nuestra empresa, su experiencia sea positiva, generándole un valor por el que esté dispuesto a pagar o a elegir nuestra marca por delante de otras. Igual que es crítico que el logo y el mensaje de la compañía aparezca en todos los puntos de contacto de la organización, más importante aún es que la calidad de la experiencia de cliente sea consistente en todos los puntos de contacto. Si no, los clientes estarán confundidos, enfadados y con más disposición a no repetir la compra.

Es por tanto importante tener en cuenta lo siguiente:

-  Ofrecer soluciones completas y personalizadas. Los clientes demandan soluciones que resuelvan su problema completo.

- Invertir en la experiencia de cliente. Customer Experience no es sólo buenas intenciones…

- Innovar. Hay que dedicar tiempo y recursos para generar experiencias que sean diferentes.

- Diseñar una organización centrada en el cliente. La experiencia de cliente afecta a toda la organización.

- Retribuir a los empleados no sólo por productividades sino por gestionar la experiencia de cliente. De otra forma, no van a estar implicados.

- Y muy importante: escuchar a los clientes, medir y actuar. Necesitamos saber cómo nos ve el cliente, qué experiencia está teniendo y para eso es imprescindible medir. Medir no sólo la satisfacción sino también la experiencia: con encuestas, medición de impacto emocional, etc. Y una vez medido, no nos podemos quedar ahí. Hay que actuar en base a los resultados.

Y todo esto sin olvidar lo siguiente:

1. Experiencia no es igual a satisfacción. La satisfacción determina si una interacción ha cubierto las expectativas del cliente, pero esto no garantiza que la interacción genere una emoción y por tanto un mayor impacto en el recuerdo del cliente.

2. Las experiencias deben traducirse en resultados. No se trata únicamente de generar emociones sino que la experiencia debe generar valor al cliente. El cliente debe estar dispuesto a pagar por ella.

3. La experiencia del empleado importa.

4. La experiencia no debe cuidarse sólo en el servicio al cliente.

5. La percepción de la experiencia que un cliente tiene de una determinada empresa está en relación con las que tiene de otras empresas del sector, por ello el benchmark de experiencia es un elemento fundamental de los modelos de medición.

 

las emociones en la gestión de la experiencia

Y dentro de la gestión de la experiencia de cliente, ¿qué papel juegan las emociones?. Hasta ahora, ¿han pensado las empresas en las emociones de sus clientes?.

Lo primero a considerar es que todos somos clientes. Nos levantamos por la mañana y tenemos las mismas preocupaciones, hablamos de salud, niños, fútbol, trabajo, reconocimiento, etc. Las cosas que emocionan y preocupan a la mayoría de las personas tienen que ver con estos temas.

Pero sin embargo, en el marco de las empresas lo que se habla es de productividad, retorno, costes, KPIs, cuota de mercado, fidelización de clientes, procesos….

Parece que ninguno de los conceptos y emociones que preocupan a los clientes está en las preocupaciones e inquietudes de las empresas. ¿Son los idiomas de los clientes y de las empresas totalmente diferentes?. ¿Cuál es el camino para facilitar el encuentro?.

Lo primero que deben comprender las empresas es que las cosas que nos impactan como personas están más relacionadas con los aspectos emocionales y personales de la dimensión humana. Los clientes tienen dos grandes motivadores: o bien maximizar el valor obtenido y la satisfacción con la experiencia o bien reducir el precio.

Sin embargo, en el contexto de las empresas, los dos grandes motivadores o fuerzas son: o bien incrementar las ventas y unidas a ellas los beneficios o bien reducir los costes.

El conflicto ocurre cuando tanto los clientes como las empresas buscan maximizar sus dos motivadores. Lo que parece claro es que si la empresa opta por una estrategia enfocada a la reducción de costes, difícilmente va a incrementar la satisfacción de la experiencia de cliente, pero en ese caso para compensar el modelo, el cliente buscará una reducción de precios. Es por esto que la empresa debe elegir entre reducir costes, lo que le obligará e reducir los precios y por tanto los beneficios, o bien incrementar la satisfacción de la experiencia del cliente. En este caso, el cliente no demandará reducción de precio y tendrá una mayor lealtad a la empresa incrementando compras y generando mayor valor para la empresa.

Las compañías deben ser conscientes de cuál es la estrategia en la que se quieren posicionar y ser consecuente con ella.

 

 

Si la opción elegida es incrementar la satisfacción de la experiencia de cliente, la elaboración de la estrategia debe tener en cuenta que las experiencias negativas influyen en mayor medida que las positivas. Parece que las personas estamos programadas más hacia lo negativo y en menor medida se le presta atención a la información positiva. Es necesario analizar el “no” como un ente potencial para la toma de decisiones de los consumidores.

Un estudio de valor de marca realizado por Winchester&Winchester evaluó las intenciones de los compradores de cambiar de marca a través de creencias positivas y negativas y se validó que para una misma característica, el impacto en la calificación general de la marca era mayor en el caso de las valoraciones negativas.

En conclusión, agradar al consumidor es importante pero no irritarlo es aún más por lo que es importante no sólo crear experiencias positivas sino evitar que el cliente tenga experiencias negativas en ningún punto de contacto con la marca.

Experiencia de cliente – Parte 1

EXPERIENCIA DE CLIENTE (PARTE 1)

Mucho se ha hablado últimamente acerca de la experiencia de cliente y no en pocas ocasiones, de forma un tanto confusa. Desde Interactúa+ os hemos preparado este blog en el que intentamos aportar un poco de luz a este tema. En esta primera entrega, daremos algunas definiciones de la experiencia de cliente y analizaremos la evolución histórica que los modelos de gestión han tenido a lo largo de los años y cómo se ha llegado a la situación actual en la que todo gira alrededor del cliente. En la segunda entrega os daremos algunas claves para el diseño de una experiencia de cliente. Esperamos que os guste…

Evolución histórica de las estrategias de cliente

A medida que los modelos tanto económicos como sociales han ido transformándose, las empresas se han visto obligadas a evolucionar sus modelos de gestión. A principios del siglo pasado, lo importante era ser eficiente en la producción y obtener productos competitivos en prestaciones y coste. Ese concepto ha ido evolucionando, de forma que hoy en día se parte del cliente, se analiza que es lo que el cliente espera y se orienta la compañía hacia él.

Históricamente se pueden considerar las siguientes etapas:

-          Era del producto: primera mitad del siglo pasado, hasta aproximadamente el año 1960. Estábamos en la era de los nuevos sistemas de producción. Todo giraba en torno al producto, poniendo el foco en las características que éste debía poseer y que eran definidas por la propia empresa, quien también centraba sus esfuerzos en la optimización del proceso productivo. El resultado era que el cliente debía tomar el producto tal como era.

-          Era de la distribución:  entre los años 1960 y 1990. Se desarrollan nuevos sistemas de distribución más ágiles y eficaces, por lo que las empresas se centran en optimizar los procesos logísticos. En cuanto al producto, las empresas empiezan a plantearse la adaptación de “su” producto a las necesidades del cliente.

-          Era de la información: finales del siglo pasado y principios del actual (1990-2010). Estamos en la era del almacenamiento y procesos de información. Las empresas optimizan sus procesos para poder obtener el mejor conocimiento de cliente posible. Se busca ofrecer al cliente lo que las empresas entienden que necesita.

-          Era del cliente: desde 2010 hasta nuestros días. Estamos en la era en que priorizar al cliente es una obsesión. Se busca dar respuesta a las necesidades del cliente y algo más: que nos recuerde y que el recuerdo sea positivo. En definitiva, crear experiencia de cliente.

La importancia de crear experiencia de cliente en el contexto actual es cada vez mayor. En un mundo en que las diferencias entre los productos son cada vez menores, las empresas necesitan buscar nuevas formas de diferenciación que hagan que el consumidor se decante por ellos. Y una forma para conseguirlo es desarrollar una estrategia de experiencia de cliente que influya en la decisión de compra del consumidor, en el  recuerdo y en la recomendación posterior. No cabe duda que el desarrollar esta estrategia implica un cambio en muchos elementos de gestión de las compañías, desde el diseño de producto a las estrategias de marketing, el servicio al cliente, la innovación o la gestión de las personas. Hasta hace poco eran las empresas las que le decían al cliente como hacer negocios con ellas. Ahora no hay más remedio que hacer negocios de cualquiera de las formas que quiera el cliente. Estamos en el mundo de la experiencia de cliente.

 

Definición de experiencia de cliente

Muchas definiciones se han dado del término “experiencia de cliente” desde distintas ópticas y centrándose en aspectos diferentes. En este blog, vamos a comentar un par de definiciones que entendemos aportan algunos aspectos interesantes.

 

Una primera definición dice lo siguiente:

Es la ciencia y el arte de gestionar las emociones de los clientes, asociadas a las interacciones con las compañías”. Esta idea nos parece muy interesante y descubre algunos retos a los que nos enfrentamos. Por una parte, la idea de ciencia hace referencia a la necesidad de que exista un método y unos conocimientos específicos que permitan gestionar las experiencias . Por otra parte, al hablar de arte, se hace referencia a algo más. No sólo es necesario dominar la técnica sino que hará falta una sensibilidad y creatividad que sea capaz de emocionar a los clientes, de captarlos y fidelizarlos.

Una segunda definición que destaca su integración en la estrategia de la compañía es la siguiente:

 La Experiencia de Cliente es la propuesta de valor completa ofrecida al cliente, e incluye el uso del producto o servicio y todas las interacciones en los puntos de contacto antes y después del proceso de compra”. En esta definición destaca la importancia de que todas las interacciones con la compañía son importantes.

La experiencia del cliente nace de la Promesa de Marca que se hace desde marketing a través de las campañas de publicidad y la imagen de marca, pero no debe quedar ahí. Toda la compañía debe estar preparada para cumplir con esta promesa. No hay nada más frustrante, y que genere más clientes insatisfechos, que las promesas y expectativas incumplidas.

¿Cómo evoluciona entonces la experiencia de cliente a través de la empresa?

1.- Podemos decir que la experiencia del cliente nace de las expectativas generadas a través de la promesa de marca. Hay que asegurarse que la comunicación de la marca (publicidad, web, fuerza de ventas, etc.) esté alineada con la capacidad de ejecución de la compañía. No se trata sólo de generar interés.

2.- La promesa de marca se opera a través de las distintas interacciones entre la compañía y el cliente independientemente del canal a través del que se produce. Cada interacción es una oportunidad para fortalecernos y para generar y mantener la lealtad de los clientes.

3.- Asociado a estas interacciones realizadas porque necesitamos algo de la compañía, existen emociones que se producen como consecuencia de los factores personales particulares de cada persona y que generan experiencias. Las emociones son cada vez más relevantes en las relaciones cliente-empresa, ya que son las que determinan el recuerdo del cliente. No nos acordamos de los aspectos físicos o transaccionales de las interacciones, nos acordamos de

lo que sentimos. Y el recuerdo determina las decisiones y comportamientos futuros del consumidor, que impactan en los resultados de negocio. Entender las emociones y expectativas de los clientes a lo largo del ciclo de vida e identificar los elementos diferenciadores que generan un impacto en el cliente, permitirá generar los recuerdos y vínculos que determinan la lealtad y preferencia de los consumidores. Para ello, las empresas deben contar con un proceso estructurado de evaluación, innovación y transformación de la experiencia.

 

4.- Opiniones. Los aspectos que nos resultan importantes, los que recordamos, son los que tendemos a compartir y aunque esto ha sido así siempre, en la actualidad que los consumidores están más conectados entre sí, la experiencia se comparte con más gente.

 

5.- Estas opiniones, cada vez más compartidas y publicadas en las Redes Sociales, impactan en la Reputación de la Marca. Una marca no es lo que dice de ella misma, sino lo que sus audiencias dicen de ella, el conjunto de opiniones y experiencias individuales de sus clientes conectadas con las perspectivas de terceros como los medios de comunicación, los líderes de opinión o las redes sociales.

 

Hasta aquí el repaso que os hemos preparado sobre la evolución de los modelos de gestión y la importancia de la experiencia de cliente en el momento actual. Os emplazamos a la siguiente entrada de este blog en la que daremos algunas claves para diseñar una experiencia de cliente.