¿QUÉ ES LA NEURODIDÁCTICA?

¿QUÉ ES LA NEURODIDÁCTICA?

No cabe duda de que la educación, al igual que muchos otros campos, está sufriendo una importante evolución en los últimos años.

De hecho, parece que las nuevas tendencias vislumbran el fin de las clases magistrales, en las que el profesor explica una determinada materia mientras los alumnos escuchan o toman notas. Lo que se proclama es la evolución a otras modalidades de enseñanza como puede ser la neurodidáctica.

Ya en el año 2010, un equipo de investigadores del Massachussets Institute of Technology (MIT), colocó un sensor electro dérmico en la muñeca de un universitario. Este sensor medía de forma continuada la actividad eléctrica de su cerebro. El experimento aportó un resultado inesperado. La actividad cerebral del estudiante cuando asistía a una clase magistral era prácticamente nula, exactamente la misma que cuando veía la televisión. Un indicio más de que, el modelo de enseñanza basado en clases en las que los alumnos son receptores pasivos no es el más adecuado.

Cada vez parece más evidente que es necesario transformar el modelo educativo, y una de las corrientes que apuestan por esta transformación es la neurodidáctica. “El cerebro necesita emocionarse para aprender” es la base que sustenta esta corriente. No se trata de una metodología en sí, sino de un conjunto de conocimientos que la investigación científica en el campo de la neurociencia está aportando y que también afecta a la relación con los procesos de aprendizaje.

 

TRANSFORMACIÓN DE LA ENSEÑANZA

Analizando la metodología de enseñanza que se utiliza en la escuela en España, se obtienen los siguientes datos: la transmisión de información de profesores a alumnos de forma verbal ocupa el 50% del tiempo en primaria, ascendiendo a un 60% en secundaria y llegando hasta el 80% en bachiller. Ahora bien, ¿es adecuado este método?

Con la ayuda de la neurociencia, en estos momentos es posible monitorizar la actividad cerebral de los alumnos mientras realizan tareas, y esta información es muy útil para decidir los métodos de enseñanza más eficaces.

De hecho, las últimas investigaciones científicas indican que, para obtener información novedosa, el cerebro tiende a procesar los datos desde el hemisferio derecho, que está más relacionado con la intuición, la creatividad, las imágenes, etc., pero no con el procesamiento lingüístico. De ahí que el lenguaje en sí no funcione. Los gestos tanto de la cara como del cuerpo y el contexto, sí que pueden ser mucho más efectivos.

Con estos resultados, la neurodidáctica propone cambios en la metodología de enseñanza. Las clases magistrales se sustituyen por vídeos o soportes visuales que potencien las imágenes, así como por gráficos o mapas interactivos en los que el alumno tenga que participar. La participación es fundamental y si es en grupo mucho mejor. El cerebro aprende mejor haciendo cosas con otras personas, así que cualquier tipo de trabajo colaborativo va a ayudar al aprendizaje.

Y en este escenario, hay profesores que no se conforman con lo establecido. Este es el caso de Chema Lázaro, de 34 años, profesor de sexto de primaria en un colegio concertado de Moralzarzal. “Mis alumnos siempre me decían que yo molaba mucho, pero que mis clases eran una porquería”, cuenta. Empezó a investigar sobre metodologías alternativas y creó el blog Pizarras abiertas, que en 2013 le valió el premio nacional sobre las TIC en el aula, del Ministerio de Educación.  “Mi método respeta el proceso por el que el cerebro aprende: primero va la motivación, luego la atención y por último la memoria. En ese orden”. Por eso, por ejemplo, para explicar el antiguo Egipto lo primero que hace es intentar captar la atención de los alumnos y fomentar el vínculo emocional. Les plantea jeroglíficos en vídeos a través de su canal de YouTube. Después utiliza la gamificación y se aprende ganando puntos en la plataforma Kahoot. Para ver las pirámides, las vistas se obtienen de un dron o de Google Earth.

Las plataformas online también pueden trabajar en esta línea. La formación online tradicional no funciona, sólo un 10% de los alumnos que se inscriben en cursos online gratuitos los termina, pero esto puede cambiar y las nuevas tecnologías y realidades tienen que ayudar en ese cambio.

No se trata de que haya solo contenidos sino de mucho más. Los formatos de Twitter y Facebook pueden ser utilizados, creando plataformas en las que los alumnos compartan contenidos y planteen debates y en las que se pueda decidir a quién seguir en la red, valorando la calidad de lo compartido y el nivel de interacción que tienen los alumnos.

Mensajes subliminales

¿FUNCIONAN LOS MENSAJES SUBLIMINALES?

Mucho se ha hablado desde hace tiempo sobre la publicidad subliminal y sobre los mensajes que las marcas dejan en el cerebro de los consumidores. ¿Es una realidad?, ¿se trata de otra más de las leyendas que sobre marketing y publicidad existen?

La realidad es que, hasta el momento, no se habían encontrado evidencias de que estos mensajes funcionaran, ni tan siquiera de que los consumidores llegaran a “ver” o “procesar” dichos mensajes.

Pero la situación ha cambiado cuando investigadores de la UCL (University College London) han encontrado, por primera vez, evidencias de que las imágenes subliminales “invisibles” atraen la atención del cerebro en el nivel subconsciente. La implicación más importante de este estudio es que se comprueba que realmente, las técnicas de anuncios subliminales sí dejan su marca en el cerebro.

El estudio se ha realizado usando fMRI. Con esta técnica se consigue analizar si una imagen de la que el sujeto no es consciente, pero que sí alcanza la retina, tiene algún impacto en la actividad cerebral, concretamente en la zona del córtex visual. Los resultados indican que los cerebros de los sujetos sí que responden al objeto, incluso cuando no son conscientes de haberlo visto.

Según el Dr Bahador Bahrami, del Instituto de Neurociencia de la UCL, lo realmente interesante de este estudio es que se ha podido comprobar que el cerebro registra cosas de las que no somos conscientes y de las que no seremos nunca conscientes. Aunque haya imágenes que pensamos que no vemos, la realidad es que nuestro cerebro sí que reacciona a ellas.

Y este hallazgo lleva a plantearse el tipo de impacto que los mensajes subliminales en la publicidad pueden tener en el cerebro. Lo que hasta ahora no se había podido demostrar, y que ahora sí queda aclarado, es que el impacto existe. Lo que no queda demostrado es si estos mensajes, además de impactar, provocan después la compra de los productos en cuestión. Todo apunta a que la publicidad subliminal sí afecta a las decisiones, pero esto es más una especulación que una certeza.

 

METODOLOGÍA DEL ESTUDIO

Como se ha comentado anteriormente, el estudio se ha realizado utilizando técnicas de fMRI. Para ello, a los sujetos participantes se les colocan unas gafas especiales, con unos filtros que proyectan imágenes débiles de objetos cotidianos en un ojo y una fuerte imagen intermitente en el otro ojo. Gracias a esta técnica, se consigue que los sujetos no sean conscientes de las imágenes débiles.

Al mismo tiempo que se proyectan estas imágenes, los sujetos tienen que realizar algunas tareas, unas más sencillas y otras más complicadas.

Los resultados obtenidos indican que, durante la realización de la tarea más complicada, los cerebros de los sujetos bloquean la imagen subliminal y el fMRI no detecta actividad neuronal. Precisamente este hecho de que el cerebro no registra estímulos si está demasiado ocupado con otras cosas, muestra que algún grado de atención es necesario incluso para que el subconsciente registre imágenes subliminales.

En cambio, cuando se trata de tareas más sencillas, el fMRI sí detecta actividad cerebral con las imágenes proyectadas.

Como el Dr Bahrami dice: “es un descubrimiento importante para la comunidad científica porque desafía el pensamiento anterior por el que se creía que el subconsciente era automático y no requería esfuerzo ni atención. Sin embargo, este estudio demuestra que cuando el cerebro no tiene capacidad para prestar atención a una imagen, incluso las imágenes que actúan en nuestro subconsciente no quedan registradas”.

Un importante descubrimiento que refrenda la teoría del psicólogo y filósofo americano William James quien dijo: “Somos conscientes de aquello a lo que atendemos y no somos conscientes de aquello a lo que no atendemos