LA REACCIÓN DE LOS CONSUMIDORES ANTE LOS CAMBIOS DE LOGO
Muchas
empresas han vivido la experiencia de hacer
un cambio de logo. Se busca renovar
la imagen de la marca, modernizarla o llegar a un público nuevo y, dentro
de las acciones que se diseñan, una de ellas es cambiar la imagen corporativa.
Previo
al cambio, se suelen hacer estudios y evaluar
pros y contras. Una vez tomada la decisión, se presenta al mundo el nuevo logo. Y en algunas ocasiones, el
resultado es que los consumidores se
lanzan a las redes sociales, comentando los sentimientos hacia esa nueva
imagen. Y lo malo es que, normalmente,
los sentimientos suelen ser negativos.
Pero, si
los consumidores proclaman que no les
interesan las marcas, ¿por qué cuando
hay un ajuste de imagen se producen opiniones casi siempre pasionales y
negativas?
Estamos
en un momento en el que todo el mundo tiene opiniones y las manifiesta en las
redes sociales, pero si los consumidores son indiferentes a las marcas, no se
entiende porqué tienen posiciones tan claras sobre los logos y sus
características.
Hay
varias razones que pueden explicar
esa pasión que existe por los logos,
y el punto común de todas ellas es la conexión
emocional que se crea entre los consumidores y los logos.
La
primera razón está relacionada con las experiencias vividas. Cuando los
consumidores reaccionan mal a un rebranding no es porque se hayan convertido en
expertos en diseño, sino porque tienen un
vínculo con el logo, con él han vivido experiencias, aunque ni siquiera
hayan sido conscientes.
Ejemplos
como los de los equipos de futbol o las
competiciones deportivas ilustran muy bien este vínculo. Para los
aficionados de un equipo, el logo está conectado con vivencias, con tristezas y
también con alegrías, con derrotas y con victorias. Si el logo cambia, los seguidores sienten que se pierde la conexión con
las vivencias y experiencias pasadas.
La
segunda razón que puede explicar la pasión que existe por los logos está
relacionada con la nostalgia y buenos
recuerdos. La nostalgia se ha
convertido en algo que nos hace sentir mejor, que nos lleva de forma rápida a un recuerdo de un tiempo que consideramos feliz.
De hecho, hay marcas que están adoptando
una estética retro, precisamente por eso, porque conecta a los consumidores
con momentos felices.
Los logos se convierten así en una especie de atajo
que enlaza directamente con sensaciones positivas, gracias a la nostalgia
generada. Muchos de nuestros logos favoritos lo son precisamente porque los
asociamos a la infancia y los unimos a recuerdos de un tiempo que consideramos
mejor y más feliz.
Y una
última razón de la pasión por los logos es un tanto sorprendente. Se trata del amor que se descubre precisamente cuando
algo desaparece. Basta que se deje de tener algo, para que se eche de
menos, se necesite y se descubra lo importante que era para nosotros.
Con los
logos sucede algo parecido. Basta que la marca decida que ha llegado el momento
de sustituirlo, para que el consumidor descubra el amor que le tenía y lo
importante que era para él.