IDEAS
QUE CONVENCEN A LOS CONSUMIDORES
Hoy
en día, la relación con los consumidores es cada vez más complicada. Y no sólo
porque hay muchos más elementos a tener en cuenta cuando se elabora una
estrategia de marketing, sino también porque los consumidores son mucho más difíciles de convencer. Disponen de una
gran cantidad de información, pueden comparar, comentan sus impresiones no sólo
con sus amigos sino en el mundo de las redes sociales y además están
sobresaturados de impactos publicitarios.
Para
conseguir que se decidan por una marca en concreto y compren sus productos es necesario llamar su atención, llegar a
ellos y conectar.
Además
el comportamiento de los consumidores también ha cambiado, así como la forma de
valorar los productos y servicios. Sin perder de vista el precio, hay otros
muchos elementos que influyen en su decisión. La calidad, el funcionamiento, la
moda, lo que la sociedad piense en ese momento son sólo algunos de estos elementos.
Y lo que es una realidad es que antes de
gastar su dinero, los consumidores quieren tener claro que lo que van a comprar
realmente vale la pena.
Para
ganarse la confianza de su público, las marcas deben cuidar diferentes
aspectos, desde cómo se presenta el producto hasta si éste cumple las
expectativas de los futuros clientes. Es necesario crear un equilibrio entre
precio y calidad y hay algunos elementos a los que hay que prestar especial atención.
VARIEDAD DE OPCIONES
Las
expectativas de los consumidores son cada vez más altas, cada vez quieren más.
Y si las marcas quieren vender necesitan estar a la altura. Ya no vale con estar especializados en un
determinado segmento. De hecho, por ejemplo el concepto de retail de precios bajos está desapareciendo. Muchos de
ellos se han reconvertido y ahora ofrecen, junto con los tradicionales productos
de precios bajos, productos gourmet o ecológicos, que tradicionalmente se han
asociado a una gama alta dirigida a públicos de alto poder adquisitivo.
La variedad de opciones es
importante, los consumidores no sólo esperan precios bajos y las marcas tienen que empezar a competir en
otras categorías. Hasta las marcas blancas empiezan a ser “de lujo”.
Y
la variedad de opciones no se centra sólo en gamas más o menos altas sino
también en diversificación de productos.
Como ejemplo, ya hay algunas hamburgueserías que además de restaurantes
disponen de carnicerías que venden la carne para preparar en casa.
POSIBILIDAD
DE PRUEBA ANTES DE LA COMPRA
Cada
vez más, los clientes quieren probar los productos, valorarlos y decidir si
satisfacen sus expectativas. Ya nadie
quiere comprar a ciegas. El consumidor quiere estar seguro de que el
producto que adquiere responde a sus necesidades y gustos, que corresponde
realmente con lo que pensaba y que le va a permitir conseguir el beneficio que
tenía en mente.
Sin posibilidad de
probarlos, las marcas tienen cada vez más difícil vender sus productos.
CUIDADO DEL CLIENTE DESPUÉS
DE LA COMPRA
Los
consumidores están cada vez más preocupados en ver qué dinero gastan y en qué
lo hacen. No sólo es necesario
convencerles de que compren un producto sino también convencerles después de
que la decisión que han tomado ha sido correcta, que la compra ha sido la
más acertada. Las marcas tienen que trabajar en esta línea, cuidando del
cliente tras la compra, aportándole ideas de uso de sus productos, formas de
obtener más beneficios, etc. de forma que los clientes perciban que la compra que han realizado y el dinero que
han invertido ha merecido la pena. De esta forma, la siguiente vez estarán
convencidos incluso de pagar más por productos o servicios de la marca.
Y
lo que es más, estarán también
dispuestos a recomendar los productos de la marca y no sólo a sus amigos y
conocidos, sino también a poner su recomendación en redes sociales, portales
especializados, etc. De esta manera, no
sólo se tendrán clientes fieles sino que estas recomendaciones serán de
gran ayuda para que otros consumidores tomen la decisión de comprar los productos
de la marca en cuestión y no los de la competencia.