HUMOR,
EMOTIVIDAD, ¿CUÁL ES LA SIGUIENTE TENDENCIA EN PUBLICIDAD?
A lo largo de la historia, y desde
el origen de la publicidad, el humor ha sido uno de los elementos a los que las
marcas han echado mano para captar la atención de los consumidores.
Los anuncios humorísticos han sido un elemento recurrente que ha
formado parte de la estrategia
publicitaria que las marcas han llevado a cabo. El recurso gracioso era un
guiño frecuentemente empleado que conseguía dar la impresión de que la marca
comprendía a los consumidores, creando una empatía
con ellos y haciendo que la publicidad
fuera recordada a lo largo del tiempo.
También la emotividad ha sido una herramienta muy empleada en los últimos
tiempos que se ha utilizado para captar
la atención de los consumidores y conseguir que se recordara la publicidad
de la marca.
La pregunta que nos hacemos ahora
es si el humor y la emotividad siguen
siendo efectivos a la hora de vender o si por el contrario han perdido
efectividad y resulta conveniente hacer un cambio
de estrategia y posicionarse de un modo diferente.
No cabe duda de que esta cuestión puede
dar para muchos análisis y no hay que olvidar que las cosas cambian cada vez de
forma más rápida. De hecho, si bien es verdad que en los últimos tiempos los
anuncios con humor y con emotividad han continuado en las listas de los más
populares, los grandes temas dominantes
que marcan hashtags y que acaban impactando en las tendencias ya no son esos.
Hoy en día, los anuncios que marcan tendencia son especialmente largos y complejos,
casi pequeños cortos. Además, éstos empiezan a ser una suerte de
manifiesto. Las marcas comienzan a
hablar de política, a manifestarse y posicionarse ante ciertos aspectos que
están en la agenda política y social. Temas como la inmigración, la posición de
la mujer en la sociedad o la diversidad, están empezando a estar cada vez más
presentes en la publicidad.
Especialmente
en Estados Unidos, país que marca tendencia en temas publicitarios, con la llegada
de Trump, esta
tendencia se ha acelerado.
Pero, ¿por qué han hecho esto las marcas?
¿Por qué han decidido manifestarse políticamente? La respuesta es clara.
Principalmente porque los elementos
anteriores, humor y emotividad ya no son suficientes y con ellos no se
consiguen los objetivos deseados.
Los consumidores actualmente, no sólo esperan un posicionamiento
político y social, sino que además se
sienten más próximos y tienen una relación diferente con aquellas marcas que
entran en este mundo. Aquellas otras marcas que se mantienen al margen,
dejan de ser recordadas por los consumidores. Hoy en día, una publicidad
graciosa o un niño encantador no son suficientes para que la marca sea
recordada y se hable de ella.
Es por ello que ya no se puede
pasar por encima de los temas sociales o hacer un humor blanco y poco
comprometido. Lo que los consumidores
demandan es que las marcas se posicionen, que tomen partido. Los anunciantes tienen por tanto que tener
un mensaje claro, que cale en la sociedad y que sea recordado por los
consumidores.
NUEVOS
RIESGOS
Sin embargo, dejar abandonado el humor y apostar por el manifiesto político tiene
riesgos. Los mensajes conectarán muy bien con una parte de la población,
aquella que esté de acuerdo con ese manifiesto político, pero molestará a otra
parte de la población que puede boicotear nuestro producto.
De cualquier forma, es algo que no
se puede evitar, algo que los consumidores demandan y a lo que las marcas no se pueden negar.
Lo
que sí pueden hacer es manifestarse y comprometerse en algunos temas que no
generen mucha división de opiniones. En general, temas de derechos
sociales, salarios, etc. suelen ser bien admitidos por la mayor parte de la
población. Ese es el objetivo. Comprometerse sin polarizar excesivamente su
audiencia.
Adicionalmente, hay temas ante los que las marcas no
deberían quedarse calladas, aún en el caso de que esto pueda polarizar su
audiencia. Las cuestiones éticas
siempre deben ser tenidas en cuenta y no se debe olvidar que lo que se hace ahora no sólo impacta en el
ahora, sino también en el mañana y en el modo en que, a futuro, la marca va a
ser vista y valorada.
Los consumidores ya dan por hecho
que la marca será política. Están
pidiendo a las marcas que se posicionen y éstas no pueden ni deben negarse.