NEUROMARKETING INTEGRADO EN LA EXPERIENCIA DE COMPRA

NEUROMARKETING INTEGRADO EN LA EXPERIENCIA DE COMPRA

Una de las aplicaciones de la neurociencia que hoy en día está siendo más utilizada en diferentes ámbitos, es el denominado neuromarketing. Este estudia la respuesta del cerebro a los distintos estímulos, posibilitando el mejor entendimiento del comportamiento humano.

Pero cuando se habla de neuromarketing, normalmente se suele centrar en la utilización de herramientas que permiten conocer al consumidor y ofrecerle de una forma más eficiente los productos y servicios que éste demanda.

Se trata de comprender el porqué se compra y de esta forma diseñar los pasos que deberían seguir las marcas para ser más eficientes en lo que éstas ofrecen a los potenciales clientes. Para ello se actúa en diferentes aspectos: el diseño de las tiendas se hace a la medida de los deseos de los clientes, los productos se presentan con los más eficientes reclamos e incluso el packaging está siendo cada vez más cuidado, adaptándose a lo que el cerebro del consumidor va a recibir mejor.

Es decir, el neuromarketing, hasta ahora, ha sido utilizado en “la cocina”, usándolo para evaluar diferentes alternativas antes de llegar al consumidor final. El comprador ni siquiera ha sido consciente. Se ha quedado en el área de la investigación y con los resultados obtenidos se ha modificado la experiencia de consumo que tiene el consumidor para adaptarla a lo que se ve que éste demanda. Se cambian luces u olores, se reordenan muebles y estanterías y las tiendas físicas adaptan sus colores a los productos que venden.

 

¿HAY OTRAS APLICACIONES PARA EL NEUROMARKETING?

Lo cierto es que el neuromarketing tiene muchas más aplicaciones y puede ser muy efectivo a la hora de crear experiencias de compra memorables. Los consumidores pueden encontrarse con experiencias que no sólo sean más efectivas porque ya han sido diseñadas utilizando herramientas de neuromarketing que permiten adaptarlas a sus emociones y necesidades, sino también porque sean mucho más llamativas. Y esto es porque el neuromarketing puede crear acciones que sorprendan al consumidor, introduciendo un componente científico. De esta forma, la neurociencia entra en el punto de venta y hace que éste sea más sorprendente.

Este nuevo modelo puede ser una revolución en la experiencia de compra que no sólo introducirá el componente de sorpresa, sino que además, permitirá crear un proceso mucho más personal y personalizado. En un momento en que las marcas están luchando por diferenciarse y crear experiencias memorables, jugar con estímulos puede ser una llave para sobresalir de la media.

 

BUSQUEDA DE LA ROPA PERFECTA

Algunas aplicaciones en las que la neurociencia se aplica a las experiencias de consumo se basan en conseguir que el consumidor tome parte activa, y si además se introducen elementos de gamificación, el efecto es aún mayor. Una idea, que ya ha sido llevada a la práctica consiste en buscar la ropa perfecta para el cliente analizando sus ondas cerebrales.

Con esta idea, en una tienda de Sidney, se ha instalado una herramienta que cuenta con un dispositivo que el consumidor debe colocarse en la cabeza y que mide la respuesta de su cerebro a una secuencia de imágenes. Las ondas cerebrales son analizadas y, mediante un algoritmo, se identifican cinco elementos principales: interés, estrés, gusto, concentración y somnolencia. Procesando estos elementos, se determina el estado de ánimo del consumidor y con ese dato, se le recomienda la camiseta que necesita de todas las que dispone la tienda (más de 600 modelos).

¿Qué consigue la tienda con esta acción?. En primer lugar, rompe con ciertos temores que los consumidores tienen ante el neuromarketing ya que lo asocian, no con la lectura del cerebro, sino con la manipulación del mismo. Los expertos han explicado en múltiples ocasiones que con estos estudios no se abre la puerta a cambiar el cerebro sino que simplemente se estudia el mismo para conocerlo mejor.

En segundo lugar, otro beneficio que consigue la tienda es crear una experiencia de consumo diferente y divertida.

Sin embargo, una traba que puede aparecer, es el rechazo del consumidor ante la necesidad de colocarse un dispositivo en la cabeza. Para evitar estos inconvenientes, existen ya algunas soluciones como la que utiliza INTERACTUA+ con la que, mediante un software, el consumidor no necesita colocarse ningún dispositivo para poder medir las reacciones a una secuencia de imágenes. Tanto las emociones básicas, como una combinación de ellas pueden ser analizadas y procesadas mediante un complejo algoritmo para que finalmente, y en función del ánimo del consumidor, pueda recomendársele una cierta prenda de vestir, un perfume o unos zapatos.

 

EL ESPEJO PROBADOR

Otra aplicación que ya está en marcha, y que podría potenciarse con las aportaciones del  neuromarketing, es el espejo probador. En un momento en que la personalización en el retail está incrementando su nivel de interés, y están naciendo nuevas y creativas maneras de interactuar con los consumidores, una de las propuestas que han aparecido con fuerza es la del espejo y prendas virtuales, con la que el cliente no necesitará vestirse o desvertirse para probar su elección.

Para llevar a cabo este proyecto, se utilizan sensores de profundidad que permiten percibir y luego poder proyectar diferentes prendas de vestir sobre la persona. Una propuesta innovadora que también facilita la personalización de la vestimenta , puesto que se pueden diseñar dibujos y cambiar colores sobre una camiseta, mediante un laser infrarrojo que actúa sobre el reflejo. Esta propuesta se suma a otras relacionadas con espejos, como la que permite probar el maquillaje.

Y además, gracias al neuromarketing, esta iniciativa se podría convertir en una experiencia aún más espectacular para el consumidor que podría ver, cómo en función de sus emociones, es el propio espejo el que le sugiere la ropa más adecuada, reflejando a medida que se lo va probando cómo va evolucionando su estado de ánimo.

 

OTRAS APLICACIONES

¿Y cuáles podrían ser otras aplicaciones?. Realmente la frontera estará marcada por lo que el vendedor sea capaz de imaginar. Se pueden ofrecer menús que respondan al gusto de los consumidores o vender libros adecuados a los gustos de los lectores o incluso ofrecer el vino que realmente más satisface al cliente, que por cierto no tiene porqué ser el de precio más elevado.

Pero lo que sí está claro es que incorporar herramientas de neuromarketing en el proceso de compra de los productos puede crear experiencias memorables y diferentes.

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