Mapa experiencial

MAPA EXPERIENCIAL

 

No cabe duda que la forma de entender a los clientes ha ido evolucionando a lo largo de los años. Utilizar las fórmulas que hace muy poco funcionaban, ya no es efectivo y hay que adaptarse a los intereses de los clientes. Vender no es ya la última finalidad de las empresas, no se trata de vender una sola vez, sino de que esos mismos clientes sigan comprando y para ello, las experiencias que viven los clientes son fundamentales.

Hoy en día se habla frecuentemente en foros especializados de los buenos resultados que está consiguiendo el marketing experiencial. Si analizamos la finalidad que tiene este marketing, vemos que no es otra que detectar cuáles son las emociones que mejores resultados comerciales consiguen y potenciarlas, realizando acciones que provoquen estas emociones en los clientes. De esta forma, no sólo se consigue que el cliente realice la compra, sino tener clientes fidelizados, otro concepto muy importante en nuestros días y del que depende la rentabilidad de las empresas.

Para detectar y provocar las emociones que demandan los clientes, se están utilizando de forma cada vez más frecuente, los mapas experienciales. Esta herramienta diseña el recorrido de experiencias que el cliente va a experimentar en su relación con la empresa. Es necesario  definir qué experiencia y por tanto, qué emociones, queremos que tenga el cliente cuando seleccione nuestro producto entre otros muchos, cuando realice una consulta, una queja, una recomendación, etc.

La forma de utilizar esta herramienta es doble pero eso sí, lo primero es conocer cuáles serían las experiencias que como empresa desearíamos que tuvieran nuestros clientes. A partir de ahí, hay dos opciones, recoger información de lo que ya tenemos en la actualidad, midiendo las emociones que los clientes experimentan y con estas medidas ver en qué puntos es más importante mejorar para conseguir mejores resultados comerciales, o bien diseñar el mapa experiencial que queremos que vivan nuestros clientes y poner a trabajar a todos los departamentos de la empresa para crear procedimientos, actividades y escenarios que permitan generar las experiencias deseadas.

 

CONDICIONES QUE DEBE CUMPLIR EL MAPA EXPERIENCIAL

  • Debe recoger todos los momentos en los que el cliente tiene alguna relación con la empresa, desde la búsqueda de información, presupuestos, asesoramiento, proceso de compra hasta dudas, quejas o incluso reclamaciones que pueda tener el cliente durante el uso del producto o servicio que haya adquirido.
  • Las experiencias que se quieren provocar deben poseer valor para el cliente. A la hora de construir el mapa experiencial hay que ponerse siempre en el lado del cliente, intentando entender cómo se siente el cliente y qué demanda en cada momento.
  • Es importante entender que cada punto de contacto del cliente con la empresa debe crear una experiencia y ésta debe estar asociada a determinadas emociones.
  • Cada experiencia que se establezca debe ir unida a una serie de acciones, actitudes y  recursos por parte de la empresa para conseguir provocar la experiencia deseada.
  • Es necesario obtener información sobre si la experiencia vivida por el cliente la cataloga como positiva o negativa o neutral.
  • No todas las experiencias que se viven o que se planifican, deben tener el mismo nivel de dedicación. Unas son mucho más condicionantes e importantes en la satisfacción del cliente y por tanto hay que dedicarles mucha más atención. Es importante ser capaz de priorizarlas para que la relación inversión-resultado sea favorable.

 

¿QUÉ PREGUNTAS HAY QUE HACERSE ANTES DE DISEÑAR EL MAPA EXPERIENCIAL?

Como ya hemos mencionado previamente, a la hora de diseñar el mapa experiencial es muy importante ponerse en el lado del cliente. No se trata de analizar qué quiere hacer la empresa, sino qué quiere en cliente que la empresa haga por él. Una buena base es empezar por contestar las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo nos ve el cliente?
  • ¿Qué espera el cliente de la relación con nuestra empresa?
  • ¿Qué capacidad tiene el cliente para elegir productos o servicios de otras empresas?
  • ¿Es el cliente que interactúa con nosotros el mismo que utiliza nuestros productos o servicios?
  • ¿Qué necesidad o problema del cliente pretendo atender?
  • ¿Vamos a ser capaces de provocar siempre la misma experiencia en el cliente?. Este punto es muy importante. Es imprescindible gestionar las expectativas del cliente. De otra forma, podemos conseguir un cliente insatisfecho incluso con una experiencia que no sea negativa.
  • ¿Tenemos recursos suficientes para atender todo lo que estamos planteando?

Una vez que hayamos contestado a estas preguntas, podemos empezar a construir nuestro mapa experiencial y no hay que olvidar que cada vez más, hay que acostumbrarse a comercializar a través de las experiencias que proporcionamos más que tener como objetivo el colocar en el mercado productos y servicios.

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